Ayer me acosté indignado, hoy me desperté revoltado. Casi es un poco de lo mismo o sólo darle énfasis con un sinónimo. Lo digo porque aún hay quien no se informó lo suficiente y por tanto no entendió lo sucedido pues sigue construyendo una visión equivocada de los ‘indignados‘.
En enero del pasado 2010, en el artículo "Anticiparse a lo inevitable", dejé esta idea:
"(…) para finalizar este artículo voy a ir aún más lejos, mucho más lejos. La democracia también tendrá que adaptarse. Realmente, stricto sensu, es conocida cómo ‘gobierno del pueblo’ desde la antigua Atenas a pesar de comenzar realmente a implantarse y difundirse hace poco más de un siglo, antes sólo era falacia o utopía. ¿Y hoy? ¿Es ‘gobierno del pueblo’ o ‘gobierno de representantes del pueblo’? Sí, representantes de un pueblo hastiado, cada vez menos participativo en las elecciones, que realmente es gobernado durante cuatro años por los mismos representantes hasta volver a ser consultados. ¿Podrá la universalización del acceso a la red modificar la metodología para que el ‘gobierno sea realmente del pueblo’? Cuando eso acontezca posiblemente tengamos una auténtica democracia y a partir de aquí ya veremos si ese es el mejor gobierno posible."
Tanto por escrito como a viva voz, incluso antes de la reseña anterior, comenté y debatimos juntos diversos temas, abiertamente mostramos el deseo de una nueva realidad, cuestionamos (¿por qué no?) el actual sistema democrático sobre todo tras subrayar su singular evolución histórica; comentamos la definición del término "revolución" realizada por Jacques Barzun; debatimos sobre el paralelismo existente entre imprenta e internet; los nuevos modelos de negocio que nacen a partir de la red; los obligados reciclajes de otros modelos sólo amparados por forzadas e interesadas políticas (sí, me refiero a la Ley Sinde); las poderosas sinergias, frutos y, para algunos sectores, también peligros que emanan de las "Redes Sociales", término hoy común pero usado inicial y ejemplarmente por el Software Libre desde hace décadas; el despilfarro económico favorecido por políticas ignorantes e insensibles; las licencias libres y abiertas; WikiLeaks; las revoluciones islandesa y árabe; el ineficiente e injusto sistema de desarrollo de la industria farmacéutica y otros muchos temas, ¡muchos más!
Por todo ello, ser testigos del 15-M, el ulterior contagio a numerosas plazas, su salida al extranjero o el seguimiento de gentes de todas las edades fue y segue siendo un auténtico privilegio. Actitud pacífica, con rechazo frontal a cualquier significación partidista (se sabe que aún hay quien no lo entiende, sabemos que hubo quien pretendía beneficiarse y hasta identificarse con el 15-M así como otros procuraban sin descanso hilos de alta conspiración), autogestionado…en fin, ¡único!
A mi entender, con el 15-M se demostró claramente la conexión de los intereses partidistas con los medios de comunicación y el desconocimiento casi generalizado de ambos respeto de la naturaleza y génesis del 15-M. Afortunadamente hay alguna excepción: "De #nolesvotes a ‘Democracia real ya’". En él, ¡por fin!, se señala que la gota que colmó el vaso repleto de indignación fue la aprobación de la Ley Sinde y que el entrenamiento para DRY fue la agrupación #nolesvotes.
Escrito tras una jornada electoral ejemplar en la democracia que nos tocó vivir.