¿Y ahora preocupa nuestra privacidad?

¿Y ahora preocupa nuestra privacidad?

Sí, nos preocupa la privacidad, la exposición de datos personales, ubicación, costumbres, huellas en la red… ¡Somos espiados!

Discúlpame. Criticaré severamente a quienes ahora se preocupan por su privacidad y a quienes bajan la guardia en la defensa del Sofware Libre (SwL). Por lo tanto, las críticas también me afectan.

La preocupación más que justificada por nuestra privacidad está comenzando a elevar las consciencias del cúmulo de peligros que hay en la Red y de los ingentes beneficios que generan a agentes intermedios. Cada vez somos más los que presumimos de consciencia, sabemos que somos espiados. Sin embargo he dicho literalmente ‘comenzando‘ porque aún no es mayoritaria esta preocupación, tan sólo ha brotado.

Obviamos que somos triangulados por la telefonía móvil, registrados con cada compra con tarjeta, en cada peaje de autopista o, simplemente, paseando por calles plagadas de cámaras de videovigilancia. Lo curioso es que esta preocupación llegue ahora con las redes sociales, ese invento que algunos creen de este siglo.

Claro, desde el mismo momento en que accedo a Internet y obtengo una dirección IP pública perteneciente a un rango regional concreto, ya saben mucho más de lo que mi consciencia sospecha. Quienes además usan software privativo estuvieron, están y seguirán estando expuestos a una sutil pero férrea vigilancia que puede ser incluso registrable con historiales.

Lo llevamos proclamando desde hace años, usemos SwL. Y el entusiasmo del mensaje no decae porque seguimos convencidos de las múltiples y poderosas razones que nos empujan. Así que ahora es una nueva oportunidad para esta ola de personas conscientes y preocupadas por su privacidad, habiendo algunas que incluso se atreven a alertarnos de los peligros de la Red. Sepan que alertar y, sin embargo, seguir usando software y hardware privativos es una actitud de absoluta incongruencia. Sobran ejemplos.

En el otro bando, quienes confiamos nuestra telefonía móvil a Android, encantados por basarse en SwL GNU/Linux, hemos bajado en muchas ocasiones la guardia, tanto que ya es norma instalar aplicaciones que nos piden permisos de todo tipo y las instalamos con tal de que sean gratis, no libres. Mi último error ha sido instalar la aplicación Viber. Si, la desinstalé rápidamente pero ya era tarde, fue el tiempo suficente para ceder a esa empresa mis contactos. Ya los tienen. Y los que aún siguen con esa y otras aplicaciones semejantes, por favor, sed conscientes de la evidente pérdida de privacidad pues además de la libreta de contactos tienen tu ubicación y un amplio conjunto permisos que les has concedido para que te den la aplicación ‘gratis‘.

En fin, ante la imposibilidad real de llevar una vida exclusivamente analógica (quizá me explique mejor en algún nuevo artículo), creo conveniente aplicar el sentido común: pensemos que en la Red tenemos también una vida pública que, a igual que la real, aconsejo que sea vivida con rectitud, integridad, cautela…

Librebit

Entrada anterior
AGASOL firma el Acuerdo Atlántico
Entrada siguiente
No uso Android sino LeeDroiD

Entradas relacionadas

No se han encontrado resultados.
keyboard_arrow_up